martes, 18 de mayo de 2010

LA BIODIDÁCTICA


Pareciera que la Didáctica, entendida como conjunto de reglas para enseñar, puede servir a “cualquier amo”. Es decir, sirve para todo tipo de valores, ideas, intenciones, programas, etcétera.
Sin embargo, entramos en un enfoque diferente cuando a la palabra “didáctica” le anteponemos lo de “bio”, para dar paso al vocablo “biodidáctica”. Aquí la orientación ya no es la misma, pues la concepción de aprendizaje y de sus esfuerzos para desarrollarlo están basados en una opción por la vida integralmente. Es decir, deja de ser la Didáctica ese recetario que en manos de cualquier pretende dar resultados en las aulas, para ser la Biodidáctica que consiste en una manera nueva de sentir la vida, de sentir lo educativo y lo humano, y por tanto, que orienta de otro modo el desempeño del docente en su aula, y fuera de ella.
Más aún: empezamos a descubrir, sin vergüenzas académicas de ningún tipo, que de lo que se trata en la educación, es de ¡gozarnos el aprendizaje! “La letra con sangre entra” sólo es aceptable como frase si significa que se aprende con nuestro cuerpo, con nuestras hormonas, con nuestros flujos, con nuestras risas, con nuestro sudor de tanto esfuerzo feliz, libre y consciente.








1.1 Historia crítica del concepto







3.1 Las 3 etapas históricas de la Didáctica.


Proponemos que la historia de la Didáctica puede dividirse en 3 grandes momentos:
Centrada en
LA ENSEÑANZA
Centrada en
EL APRENDIZAJE
Centrada en
EL GOCE DEL
APRENDIZAJE





Centrada en
LA ENSEÑANZA
Se entiende a la Didáctica como “el arte de enseñar”.
Creación y búsqueda de métodos, técnicas, procedimientos para asegurar la enseñanza, principalmente universal (para todo ser humano, para todo tipo de aprendizaje).
Énfasis en quien enseña, en su personalidad, forma de ser y actuar. Creencia absoluta en su superioridad, al mismo tiempo que se cree absolutamente en la ignorancia de quienes aprenden.
Esta centralización afecta los procesos internos de quienes aprenden, en cuanto eso no importa, pues lo fundamental es la adquisición mecánica de los saberes que les son transmitidos.
Centrada en
EL APRENDIZAJE
Los nuevos aportes científicos y filosóficos redireccionan el interés y se centra en el aprendizaje. La Didáctica empieza a dejar de entenderse como el “arte de enseñar” y se define como la “dirección del aprendizaje”.
Se profundiza en el estudio científico del cerebro humano y sus capacidades para el aprendizaje, con énfasis casi absoluto en las capacidades racionales.
Las búsqueda metodológica desplaza al docente del centro y coloca al discente, como objeto y sujeto de aprendizaje. Este es visualizado como un “facilitador” del aprendizaje.
Aparece la necesidad de entender la educación como construcción de conocimientos (expresado en enfoques como el constructivismo), y por tanto de un aprendizaje que implica participación de quien aprende.




























Centrada en
EL GOCE DEL APRENDIZAJE
Aparecen los aportes científicos, filosóficos y culturales del holismo (tanto de la ciencia física, como de las culturas milenarias) para enfatizar que el aprendizaje está conectado a la vida (no aprendemos para vivir solamente, sino que vivimos para y por el aprender).
Al enfatizarse en la integralidad corporal como fuente de aprendizaje (ya no sólo el cerebro o la mente), se llega a comprender el aporte de las emociones, de la afectividad, del placer físico en el aprendizaje.
La Didáctica sigue teniendo relación con la dirección del aprendizaje, pero básicamente con una conducción placentera, vital, plena, en la que existen aprendientes (docentes y discentes) que construyen los significados del aprendizaje. No es que alguien esté en el centro (docente o discente), sino que es la vida la que se coloca como eje, y por tanto, todo lo que la desarrolle. Por eso se insiste en el goce del aprendizaje, como factor e indicador de una vivencia de bioaprendizaje.











3.2 Una aproximación a la definición de Biodidáctica



La Biodidáctica está inscrita en la última de las fases históricas mencionadas. No se trata de un arte de enseñar como en la primera fase, ni tampoco enfatiza la conducción del aprendizaje de manera neutra o con un énfasis en lo técnico.
La Biodidáctica se refiere, entonces, a una visión pedagógica en la que el aprendizaje se asume como el resultado, y a su vez, la causa, de factores de vida, de procesos en que está implicado el mismo organismo biológico de quien aprende, pero también con y para el desarrollo de procesos de pensamiento y creación racional.
Es decir, la Biodidáctica no se refiere a cualquier tipo de aprendizaje, sino que se esfuerza por comprender, proponer y vivenciar un tipo de aprendizaje que implica la historia personal de quienes aprenden, sus visiones y anhelos sobre la vida y sobre sí mismos(as), que está basado en la propia experiencia corporal, que parte del respeto y consideración por todo lo vivo y que, por tanto, insiste en alcanzar aquellas finalidades centradas en su desarrollo.
Como puede notarse, estamos frente a una concepción pedagógica que pretende dirigir y vivenciar al aprendizaje que posibilita y desarrolla la vida. Esto es más claro si aclaramos que entendemos que la vida puede y debe desarrollarse, desde el esfuerzo educativo, desde las siguientes variables:









LA VIDA ES
BIOLOGÍA Y ECOLOGÍA

- Tiene que ver con los organismos, sistemas y ecosistemas que existen en el planeta, y que buscan mantenerse vivos.
- Nosotros, los seres humanos, somos parte de ello, podemos transformarlo, afectarlo de manera significativa, pero no dejamos de expresarlo de manera natural.
- Estamos vivos porque tenemos corporalidad biológica, pero también porque somos parte de un contexto mayor, de una ecología en la que vivimos y nos configuramos.
- La vida tiene que ver con nuestras funciones biológicas, con nuestros flujos vitales, pero también con las funciones y flujos que coexisten en el universo, en nuestro planeta. No estamos vivos sólo porque respiramos individualmente, sino también porque respira el planeta.
- Nuestra vida biológica tampoco depende sólo de nuestra corporalidad, sino también de nuestras emociones y sentimientos, que no pueden ni entenderse ni vivenciarse fuera de esa corporalidad. El llanto o la risa no sólo reflejan lo que vivimos en el mundo humano, sino también lo que hacemos o dejamos de hacer y sentir corporalmente. Y nos puede mantener vivos o ir matando.









Estamos vivos porque construimos permanentemente las condiciones para ser humanos, utilizando y aprovechando las condiciones que nos ofrece la ecología natural. Esto también incluye los daños que le hacemos permanentemente a ese entorno.
Nuestra vida tiene que ver con los actos, pensamientos y creencias, valores, objetos materiales, símbolos, interrelaciones, hábitos, habilidades y capacidades, que nos permiten vivir plena y desarrolladamente en el entorno muy específicamente nuestro: la sociedad humana.
Uno de los elementos fundamentales que permite la vida, culturalmente hablando, es la educación, ya sea institucionalizada o fuera de los centros escolares de todo nivel. Estos significa que la educación nos permite estar vivos y vivas.
La vida es cultura en cuanto los seres humanos creamos sistemas éticos y sistemas políticos que conducen nuestras interrelaciones (entre individuos, colectividades, culturas, pueblos, países).
La ética es la que nos insiste en entender, sentir y practicar formas de interacción entre humanos y entre humanos y su entorno, que se dirijan a la conservación y desarrollo de lo vivo. En este sentido, no cualquier ética debiera ser entendida como favorable a la vida.
La política permite que la vida humana y natural pueda desplegarse mediante la concepción y práctica de relaciones, ordenamientos, conducción ciudadana, práctica de normativas y uso de recursos. Esto, sin embargo, se contradice en las distintas expresiones de práctica política que destruye la vida humana y natural, o que impiden la cotidiana vivencia de respeto e integración en la convivencia humana.
La vida humana también se basa en las conquistas científicas y tecnológicas que nos permiten no sólo comprender mejor todo lo vivo, sino que también nos empiezan a contribuir en la conservación o ampliación de la vida. De nuevo, no olvidemos la existencia de grandes avances tecnológicos que han servido para deteriorar gravemente el entorno natural, o para aniquilar descaradamente la vida










LA VIDA ES
CULTURA



















Así, el centro de la Biodidáctica es la vida en su integralidad, asumida, practicada, sentida y desarrollada en los procesos educativos. Esto se expresa:

En el paradigma educativo holístico, que comprende una concepción de la vida en su integralidad, afectada y afectando todo acto, sentimiento o práctica humana, incluida la educación.
- En una comprensión de que ocurre educación y aprendizaje cuando el contexto o ecología cognitiva se configura por rasgos o exigencias como la creación compartida, la participación protagónica, la expresión plena, espontánea, libre y consciente. Y sobre todo, desde una exigencia que es fundamental: el aprendizaje y la educación son relacionales: no pueden darse en la soledad del individuo, ni en el colectivismo absoluto. Tienen lugar gracias a las interrelaciones entre seres humanos y entre éstos con su entorno natural, sociopolítico y tecnológico.
- En la concepción de aprendizaje que supera las posturas racionalistas, para pasar de la simple transmisión de información a un enfoque en el que la información se convierte en conocimiento cuando es procesada por las necesidades y sensibilidades de quien aprende. Dicho en otras palabras, cuando afecta su vida.


Podemos expresar una definición:


La Biodidáctica es una disciplina pedagógica que estudia, propone y desarrolla ambientes, procesos y prácticas educativas enfocadas y basadas en el goce del aprendizaje como factor de desarrollo de la vida de quienes aprenden y de su entorno.
















Derivado de esta definición podemos plantear que la práctica y vivencia de la Biodidáctica va a incidir y a afectar:

m la concepción de educación y aprendizaje que dirige nuestro esfuerzo docente o que fundamenta el proyecto de la institución o proceso educativo en que estemos involucrados;

m la concepción, práctica y vivencia de la disciplina o ciencia que constituye nuestro campo profesional y científico específico;

m las interrelaciones y actitudes con discentes, otros docentes o la comunidad educativa en general, mediante las cuales desarrollamos el intercambio educativo y la conducción del aprendizaje;

m los modos metodológicos y procedimentales que ejercemos dentro o fuera de las aulas, así como en los procesos sociales, políticos y culturales en los que seguimos siendo educadores(as);

m el modo de prever, organizar y ejecutar los contenidos y acciones preliminares (como la incertidumbre es una rasgo de la vida, en la Biodidáctica no se planifica con certidumbre).

El siguiente esquema nos muestra la escenografía general de la Biodidáctica:
















3.3 El goce del aprendizaje y sus implicaciones en la biodidáctica universitaria



Vamos a asumir tres ámbitos de implicaciones cuando se vivencia la biodidáctica universitaria, entre los cuales no hacemos mención del discente (estudiante, educando-a, alumno-a), porque está incluido en dos de ellos, y porque es al docente a quien corresponde la principal responsabilidad didáctica.
Así, los 3 ámbitos de implicaciones biodidácticas son:

LA BIODIDÁCTICA IMPLICA PARA EL Y DESDE LA O EL DOCENTE:

Revisión personal y profunda del docente sobre cómo goza o no goza:

- la vida en general
- la ciencia o actividad profesional a la que se dedica
- la educación en todas sus manifestaciones
- las interrelaciones con sus estudiantes y con colegas.


Conciencia permanente de los bloqueos intelectuales (por ejemplo, sobre cómo entiende el aprendizaje, cómo entiende el conocimiento humano), bloques socioculturales (las formas de relacionarse, sus sensibilidades sobre las culturas, sobre la actividad política y social), sus bloqueos psicoemocionales (su salud emocional y física, sus profundas tristezas o alegrías…)

Que no deja de ser intelectual (en el sentido profesional), pero YA NO SE ES SÓLO INTELECTUAL, porque también se asume como ser emocional, afectivo, plenamente biológico.
1. Hacia y desde el o la docente


























2. Hacia el proyecto educativo o institución docente
LA BIODIDÁCTICA IMPLICA PARA EL PROYECTO EDUCATIVO O INSTITUCIÓN:

Revisión de las formas de ejecutar el proyecto institucional, así como la manera sistemática de entender y vivenciar la educación a través de:
- las prácticas cotidianas
- el discurso oficial
- la organización administrativa, curricular y técnica.

Creación y/o desarrollo de los espacios, recursos y ambientes favorables para el goce del aprendizaje.

Creación de un clima institución de expresión, intercambio y mutuo aprendizaje:

- entre pares (docentes, discentes, comunidad educativa)
- entre dispares (docentes-discentes, por ejemplo)
- entre distintos y distantes (con colegas de otras instituciones, culturas o países, con otros profesionales o sectores sociales…)

Desarrollar la triple condición de una auténtica participación:

Ø decisión
Ø expresión
Ø acción


























LA BIODIDÁCTICA IMPLICA PARA EL AULA:


Asumir y practicar la diversidad como eje pedagógico fundamental. Esto significa organizar la vida en el aula (con plena conciencia y receptividad a la improvisación e incertidumbre) desde la diversidad de recursos, de acciones, de momentos. No sólo la reflexión o análisis, o no sólo los momentos prácticos. Ni sólo los grupos, ni sólo los individuos.

La diversidad implica también la integralidad y dialéctica: reflexión – acción; pensamiento-sentimientos; individuos-colectividades; realidad presente-realidad histórica; aprendizaje intelectual-aprendizaje aplicativo, etcétera.

Vivenciar permanentemente el espacio cedido a la vida de quienes aprenden: sus ejemplos, sus anécdotas, sus reflexiones y sentimientos. Esto significa que deja de desvalorarse la subjetividad.

Desarrollar un clima afectivo, espontáneo y lúdico. Esto también conlleva un cambio profundo en la manera de entender el concepto “respeto”. La biodidáctica insiste en personas que aprenden entre sí, no en sabios que enseñan a ignorantes. Por tanto, llega a entenderse como paradigmático el trato entre personas, el mutuo respeto (que no se basa en los conocimientos o títulos, sino en el placer del conocerse).
3.
Hacia el aula

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